Habrá quien piense al leer el título del artículo que voy a hablar sobre nuestro querido y mítico bar que otrora fuese nuestro punto de reunión.
Pues no, esta vez no hablaré de música, cartas, risas y de cuanto dejamos y ganamos tras esas cuatro paredes.
El salto al que me refiero, es el mio propio, dentro del mundo de la fotografía al terreno digital.
En efecto; el alto precio de las películas negativas, el alto coste del revelado en laboratorios, así como la cada vez mayor demora y menor calidad del proceso me ha hecho replantearme el final de una técnica y el comienzo de otra.
Con el calor del último negativo aun latente en el corazón de mi niña japonesa y su hermana mayor, por el momento pasaran a un segundo plano. Una nueva técnica y un enorme mundo por explorar y con el que intentaré desarrollar mi creatividad se abre ante mis ojos.
El otro salto ha sido el de cambio de marca. Si siempre fui fiel a Nikon, esta vez, en el terreno de la fotografía digital, he decidido cambiarme a la otra grande, Canon.
El modelo, EOS 50D, una cámara que por el momento no ha dejado de sorprenderme. Sigo haciendo cientos de pruebas y configurando las opciones que mejor se adaptan a mi perfil.
Espero en breve poder mostraros alguna imagen sacada de las tripas de este nuevo juguete de Anjana y servidor.
domingo, 13 de junio de 2010
El salto
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2 comentarios:
Sigue siendo demasiado grande.
De tamaño, no es excesivamente grande; pero en prestaciones... enorme!
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