Hasta hace no muchos días, era frecuente oír en ciertos foros, afirmaciones casi axiomáticas sobre el precio y la viabilidad de ciertas formas de producción energética.
Estos argumentos, bien por provenir de partes interesadas en el negocio o por falta de rigor; a consecuencia del gravísimo accidente en la central nuclear japonesa de Fukushima, se han ido desmoronando.
Durante algunos días posteriores al desastre, fue frecuente ver en televisión a científicos pronucleares afirmando que el accidente no había sido grave y mucho menos apocalíptico, como llegó a afirmar el comisario europeo de energía.
Pero la realidad está siendo muy diferente y las evidencias apuntan a que esa tragedia, cada día dista menos en gravedad de la acaecida en Chernobyl, considerada hasta el momento la mayor fuente de contaminación nuclear de la historia.
El principal argumento de los defensores de la energía nuclear es que es segura y que lo ocurrido en Ukrania fue fruto de las malas artes de un gobierno comunista.
Parece ser que el uranio enriquecido no entiende de ideologías y continua su reacción atómica sin importar demasiado quien gobierne.
En primer lugar, recordar que la central no ha sido dañada por el terremoto ni tampoco por el posterior maremoto. El motivo por el que los diferentes edificios que albergan los reactores, han explotado exponiendo a la atmósfera grandes dosis de partículas contaminantes, ha sido el corte de suministro eléctrico de la planta nuclear.
Es decir, esto ha ocurrido como consecuencia de un fallo eléctrico que ha impedido que el sistema que hace que el combustible nuclear permanezca permanentemente refrigerado funcione.
¿Quien nos dice que algo así no pueda ocurrir en cualquier otra de las muchas centrales existentes en el mundo?
Algunas voces afirman que la nuclear es una energía limpia y barata. En relación a la higiene, no tendríamos más que asomarnos a nuestra cercana fosa atlántica para encontrarnos un montón de bidones radioactivos en un lamentable estado de conservación, resultando ser un importante foco de contaminación a día de hoy. O sin ir más lejos darnos un paseo por Ukrania, ahora que el espacio de exclusión cercano a la accidentada central ha sido abierto al público y realizar mediciones radiológicas en la zona para comprobar que el daño es irreversible y ese espacio ha quedado inservible por miles de años.
Respecto al cálculo del precio de la energía nuclear, resumiendo mucho, le realizaremos teniendo en cuenta, en primer lugar la construcción de los edificios que van a albergar los reactores. Estos, por sus requerimientos de seguridad, son infraestructuras con altos costes de fabricación. Tendremos en cuenta también que poseen un periodo de funcionamiento limitado, por lo que su amortización se va a ver reducida a aproximadamente 40 años. Seguiremos con la principal fuente de energía de estas plantas, el uranio. Al precio de su extracción debemos sumarle su proceso de enriquecimiento y transportes varios, así como su posterior almacenamiento, una vez gastado. En nuestro caso, al no poseer un almacén de residuos en nuestro territorio, estamos pagando a terceros países un "alquiler" para poder almacenar barritas inservibles.
Por último, llegado el momento, en un largo y complejo proceso, toca desmantelar y descontaminar el entorno que albergara la planta. Estos gastos no son tenidos en cuenta a la hora de argumentar a favor de esta fuente frente a otras. Tomandoles en consideración, sin duda harían caer irremediablemente la balanza a favor de cualquier otro sistema de producción eléctrica.
Todos los costes del precio de la energía nuclear reseñados, son teniendo en cuenta un funcionamiento normal y exento de fallos. Si al computo global de los costes de la nuclear le añadiesemos la suma de lo gastado por cada uno de los accidentes graves que ya han sucedido, estaríamos hablando de una verdadera ruina económica (si estos gastos fuesen asumidos por los propietarios de las instalaciones, claro)
Entonces ¿Por qué nos aseguran que la nuclear es una fuente de energía barata?
Existe una tramposa forma de hacer los cálculos a la hora de saber el precio de la generación de un Kilowatio/hora proveniente de las nucleares.
En España las nucleares han sido subvencionadas por el estado de muy diversas formas. Por un lado, estas centrales fueron construidas cuando la compañía eléctrica era de propiedad estatal. Por otro lado, los "perjuicios" por la moratoria nuclear que impidió a las nuevas propietarias de estas que construyesen más centrales fue pagado a modo de compensación por todos nosotros en nuestra factura de la luz.
Como tercer punto, a la hora de cobrar al cliente final, por una maniobra enrevesada como es la subasta eléctrica, el kilowatio se tarifica en base al precio del más caro, en este caso de las centrales térmicas cuyo combustible es el carbón.
De este modo sí salen las cuentas. Nuestro parque nuclear está amortizado hace ya muchos años y un alto porcentaje de lo que produce son beneficios para las empresas propietarias. Su desmantelamiento va a ser realizado por la pública ENRESA (Empresa Nacional de Residuos Radiactivos); por lo que no es difícil que afirmen que esta es una energía barata.
Aprovechando el fuerte apego que mayoritariamente tenemos a nuestros automóviles, desde ciertos sectores muy vinculados a a las compañías eléctricas, nos lanzan el mensaje de que no podemos depender del petróleo para obtener energía y por eso no podemos dejar al margen a las nucleares.
Esto no es otra cosa que mezclar churras y merinas, pues salvo el Delorean de Emmett Brown en "Regreso al futuro" que utilizaba una fuente de plutonio como combustible, ningún coche depende de las nucleares para poder rodar y a su vez, el porcentaje de térmicas que utilizan fuel como combustible en España, es prácticamente nulo (1% del total).
Hoy en día, a pesar de las trabas impuestas por el gobierno, España es uno de los principales países productores de electricidad proveniente de energías limpias (25% de renovables, frente al 20% de nucleares). Nuestro balance energético se ha revertido y hemos pasado de ser un país dependiente de fuentes externas para abastecer nuestra demanda a ser un país exportador. Por otro lado, el principal lastre para el crecimiento de las energías renovables viene marcado por las nucleares ya existentes, pues en momentos de excedente no es posible apagar estas centrales por el alto coste que tendría y lo que se hace es prescindir de la electricidad que producen los aerogeneradores.
Albert Einstein dijo algo así como que un reactor nuclear era la forma más cara y complicada de hervir agua. Razón no le faltaba, sin duda. ¿Realmente necesitamos exponernos a los riesgos de una tecnología como esta cuando existen alternativas viables?
Los desastres naturales son inevitables y de sus consecuencias nadie es responsable, pero espero que algo podamos sacar en positivo de las tragedias que han dejado un balance de muertos y miles de afectados por los accidentes en centrales nucleares, y que de una vez por todas se destierren estas peligrosas fuentes de energía.
Mirando a nuestro entorno, parece que podemos albergar cierto optimismo en relación al futuro de este tipo de productoras eléctricas. Después de un rocambolesco tira y afloja entre la administración y los propietarios de la central de Garoña (Burgos), fue decretado el cierre una vez concluida la vida útil para la que fue construida. No es la primera en nuestro territorio en decretar el el cierre y esperemos que el resto no se dilate en el tiempo demasiado. El resto de países europeos están haciendo lo mismo y hasta nuestra vecina e históricamente pronuclear Francia también se encuentra en fase de cierre de un amplio porcentaje de su parque radiactivo.
En este enlace podéis ver el consumo en tiempo real de electricidad en España, así como la fuente de donde proviene:
https://demanda.ree.es/demanda.html
4 comentarios:
Buen blog
Cada uno ve la historia como le parece.
Sí, lo malo las pobres víctimas, que son protagonistas de la historia y eso no es una cuestión de pareceres.
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